El constante interés por encontrar “la dieta” que proporcione mejor salud, lleva a atribuir propiedades positivas o negativas a determinados alimentos. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), ocho de cada diez enfermedades tienen relación con lo que comemos, lo que ha incrementado el interés de la población por encontrar una fórmula que mantenga lejos a los padecimientos o bien que favorezca a tener “la mejor versión” de uno mismo.
Es así como surge la dieta alcalina, esta propuesta afirma que ciertos alimentos determinan la acidez del sistema digestivo, de la orina o de la sangre y que lo que comemos influye en el nivel del pH de la sangre: Los alimentos “alcalinos” (verduras crudas y frescas) mejorarían la salud y los “ácidos” (los productos animales, los cereales, lácteos, entre otros) la afectarían.
Para analizar con base científica, es indispensable comprender algunos conceptos:
- La acidez de cualquier sustancia se determina en función de un parámetro denominado pH (potencial de hidrógeno) y puede variar de 0 a 14. Un pH de 7 se considera como neutro, de 6 a 0 son ácidos y los números de 8 a 14 son alcalinos.
- El pH de nuestra sangre se mantiene estrictamente en 7,4 (7,35 a 7,45), gracias al trabajo metabólico de los sistemas pulmonar y renal; las consecuencias de modificar dicho valor en sangre, puede poner en peligro la vida.
- El pH de un estómago sano es ácido (1-2), y ningún alimento puede modificarlo de manera relevante. Ni los cítricos, ni el vinagre alteran su acidez. El bolo alimenticio que pasa del estómago hacia el intestino es ácido. Al llegar al intestino, el jugo pancreático neutraliza dicha acidez como parte del proceso digestivo normal, así que ninguna selección dietética afecta al pH del tubo digestivo.
- El pH de un alimento no ocasiona que se tenga ese cambio en el organismo, por ejemplo el jugo de limón y los tomates tienen pH ácidos, pero cuando se ingieren, promueven la alcalinidad. En realidad es la «carga ácida renal» del alimento (valor que mide la excreción de ácido en la orina) la que determina el proceso del equilibrio ácido-alcalino. Por lo anterior, la orina es el único fluido del organismo que puede ver alterada su acidez en función de la dieta.
¿Qué es lo que produce la acidificación del organismo?
- Azúcar
- Medicamentos
- Bebidas alcoholicas
- Contaminación del entorno
- Dietas acidificantes (con carnes, lácteos y grasas)
- Estrés (ansiedad, miedo, ira, enojo, celos)
Combinación de alimentos recomendada:
- Proteínas: Leguminosas (frijol, lenteja, haba, garbanzo, alubias), nueces y semillas y productos de la soya.
- Vegetales: acelgas, espinacas, berros, aguacate, lechuga, brócoli, zanahoria, chayote, pepino, betabel, jitomate, cebolla morada.
- Frutas: limón, lima, toronja, uva, fresas, naranjas y mandarinas en gajos, coco, papaya, melón, manzana.
- Semillas y nueces: almendras, nuez de la india, semillas de girasol.
- Frutos secos: pasitas, ciruela pasa, higos, dátiles.
- Cereales: quinoa, arroz integral, avena, amaranto.
- Aceites: olivo, coco, ajonjolí, canola.
- Sal de mar (sal de grano)
- Agua natural, infusiones como té verde matcha, manzanilla, limón y hierbabuena
- Café de olla o cafetera máximo 2 tzas a la semana sin leche.
Para favorecer la salud y tener los beneficios nutrimentales de la dieta, son más relevante los patrones alimentarios que cada alimento en específico. Los alimentos que forman ácidos, como la carne, el huevo o los cereales, pueden combinarse con alimentos que forman alcalinos para que el efecto real de la comida sea neutral o alcalino.
No hay suficiente evidencia científica de calidad, que confirme los efectos benéficos de la dieta alcalina para las enfermedades, ya que un pH ácido en la orina no refleja ni acidosis metabólica ni otra condición adversa para la salud. Mientras que si hay suficiente evidencia para la inclusión de verduras y frutas con una menor con incidencia de osteoporosis, enfermedades cardiovasculares, cáncer y otras enfermedades crónicas.
Por LN. Marina Guadalupe Díaz Castro / Docente UO
Bibliografía:
Natasha Corret, Vicki Edgson. (2013). La dieta alcalina. Londres: Larousse, S.A de C.V.
Robin Fourotan. (2016). ¿Es necesaria la dieta alcalina?. 2021, de Instituto de nutrición y salud kellogs Sitio web: https://www.insk.com/conoce-mas/habitos-y-estilo-de-vida/es-necesaria-la-dieta-alcalina/