¿Dónde está el problema?

Dra. Maritza Romero Mares

Universidad Hispana Huauchinango, Puebla

La humanidad ha desarrollado, sin duda, su progreso en función de sus propias necesidades, ha buscado refugio, comida y vestido de los elementos o factores que están a su lado. Animales, fibras y hierbas fueron experimentados y tratados para lograr un nuevo elemento que hiciera más llevadera la existencia.

De esta manera, su pensamiento se unió al contexto y con las herramientas que tuvo a la mano hizo transformaciones; buscó, además, los nombres de los objetos e incluso de sus propios vínculos con los otros hombres a fin de estructurar un orden de relaciones y de jerarquías; y en cada una de las situaciones, seguramente se hizo mil preguntas: ¿Qué? ¿Cómo?,¿Dónde?

Tenemos en la historia mil ejemplos de cada una de las áreas del conocimiento donde se puede demostrar que, ante los problemas, o situaciones que generaban duda o conflicto, siempre hubo preguntas, experimentos y alternativas. Unos, llevaron más tiempo, otros no fueron necesariamente las mejores opciones por las consecuencias nefastas que tuvieron.

En cualquier caso, la palabra problema se ligaba a la necesidad o curiosidad por descubrir una opción para una situación o fenómeno y el propulsor de éstas, era de manera natural un investigador. Un actor dentro del fenómeno que lo vivía, lo sufría, lo disfrutaba o simplemente por su continuo enlace lo había distinguido y analizado, por ello, su capacidad de análisis lo orientaba a tener perspectivas más objetivas de su uso, causa o consecuencia.

En algún momento hemos perdido la capacidad de asombro de lo más cercano a nuestras vidas: naturaleza, seres vivos, rocas, juegos, música, edificios, vestuarios, cine y teatro son productos de investigación. Son resultados de necesidades del hombre de lugares para vivir, cuidado de su alimentación y ecosistema, de sus tiempos de trabajo y de esparcimiento.

La investigación es parte de la naturaleza del hombre mismo, está en nuestro ser y todos hemos buscado información para saber sobre un supuesto que queremos comprobar. Investigamos lo que nos interesa, lo que vemos y aunque muchos piensan que no vale la pena volver sobre un punto… siempre el resultado es nuevo, como los ojos del investigador.

Por ello, sólo tal vez, el problema sea que hemos olvidado quitar la connotación negativa a la palabra problema, sólo tal vez, hemos dejado de ayudar a otros a mirar su entorno y pensar en función de lo que se puede mejorar, a mirar los modelos de las teorías y pedirles que lo redibujen y argumenten los cambios. Hemos demeritado las situaciones de contextos porque no vivimos en ellos y pensamos que no tienen validez.

Repensar la investigación, requiere, sí, por supuesto, de un método científico y del cumplimiento de sus pasos; eso no está a discusión. Pero también

de la capacidad de proponer mejoras, transformaciones y propuestas en los propios contextos.

No es sólo demostrar en cualquier nivel académico, que en todas las materias alguien investigó y que sus productos son de impacto social, gradual y

particular; mirar la banca con otros ojos, desde el material… hasta la ergonomía. La investigación de la historia para aprender y en la biología para entender y curar, o conservar, por ejemplo.

Necesitamos de manera urgente que los participantes entiendan qué es plantear el problema en ellos, en lo que les circunda, mueve, afecta o interesa; a mirar de una forma distinta la realidad y darles seguridad en que pueden crear una propuesta que se dará en la medida de sus conocimientos primero y luego desde sus profesiones.

Mientras los discentes no vean que son capaces de cambiar su entorno, mientras ellos se sientan una parte conforme con su realidad, sea cual sea y estén cómodos o conformes, la investigación será una materia, no una forma de vivir y menos de cambiar el mundo.

Busquemos en todas las aulas y de manera constante los problemas, no importa la índole, no importa el pretexto, replantear que hay problemas como situaciones que resolver podrían llevar a los alumnos de cualquier nivel a ver diferente su realidad y a entender que la manera más eficiente de resolverlo es investigando.